Con ese titular definiría el partido que hemos visto hace
unos minutos en el Benito Villamarín. Un partido en el que el Betis estuvo prácticamente
toda la segunda parte con un jugador menos por la expulsión de Vargas, pero fue
un encuentro en el que el Betis en ningún momento perdió la cara al partido.
El Betis saltaba al terreno de juego con una única novedad
en su once, Montoya, que volvía de su lesión para suplir al sancionado Molinero
que cumplía ciclo de tarjetas.
El partido en líneas generales fue bastante malo, no hubo
juego vistoso por parte de ninguno de los dos equipos y el árbitro tampoco
ayudó a que se diese un mejor partido. A continuación dejo más detalles de lo
acontecido en el estadio verdiblanco.
En el inicio del partido, ambos equipos salieron lentos, con
imprecisiones en los pases y sin dominio claro de ninguno de los dos conjuntos
andaluces. El Granada quizás se posicionaba mejor sobre el verde pero era el
Betis quien por la banda de Musonda intentaba crear peligro. Se puede decir que
en esta primera parte lo más destacable fue el juego duro por parte del
Granada, que puso más agresividad y patadas que juego e interés por llevarse el
partido. A destacar en la primera parte la infantil amarilla que se ganó Vargas
al lanzar una falta antes de tiempo, amarilla que marcaría el devenir del
encuentro en la segunda mitad. También fue destacado el primer cambio de
Merino, que replanteaba su sistema cuando apenas llevaba media hora de disputa
el partido. Cejudo fue sustituido por Jorge Molina pasando el equipo a jugar a
un 4-4-2 en vez del 4-5-1 planteado inicialmente. Por lo demás, el Betis tuvo
una ocasión salida de los pies de Musonda y el Granada tuvo algún disparo sin
peligro alguno para Adán, destacando quizás uno de Biraghi que atajó Adán sin
problemas.
Ya en la segunda parte, el partido seguía estando igual de
trabado y Merino introdujo el segundo cambio para dar más ofensiva al equipo
verdiblanco sacando a Fabián del partido para dar velocidad al juego de banda
del equipo bético. Un cambio que llegó justo antes de la expulsión de Vargas,
una expulsión que personalmente la veía venir, pues no se le veía muy centrado
al peruano, que cometió una falta que fue castigada por el árbitro cuando
apenas llevábamos 8 minutos de la segunda mitad. Esto hizo que Merino se jugase
su último cambio metiendo a Petros en el lateral izquierdo que salió al verde
por un buen Ceballos.
A partir de aquí, el partido fue dominado por el Granada, un
Granada que a pesar de jugar con uno más no tuvo grandes ocasiones y las que
tuvo fueron atajadas por un gran Adán. El partido se igualaba poco a poco con
el paso de los minutos y es que el Granada se imponía sobre el terreno pero estaba
más implicado en destruir juego que en crearlo ante la pasividad de un árbitro que
debió expulsar a Barral y no lo hizo y también a Peñaranda antes de ser
sustituido y tampoco lo hizo.
A pesar de las adversidades, el Betis nunca le perdió la
cara al partido y en una jugada en la que Joaquín ganó un córner para el equipo
sevillano, fue el propio Joaquín quien votó de manera magistral el saque de
esquina que remabata prácticamente sin oposición N’Diaye y adelantaba al Betis
con su primer gol de la temporada. Un testarazo en el minuto 85, que acercaba un
triunfo que pocos podíamos esperar a falta de cinco minutos para el final del
partido.
En lo que quedaba de encuentro, el Betis se puso a defender
más si cabe los tres puntos que se le presentaban de manera casi inesperada y en
una contra, Andrés Fernández portero del Granada tocó la pelota con la mano
fuera del área y fue expulsado por ello, igualando el encuentro cuando quedaban
apenas dos minutos del tiempo añadido. Esto dejaba una situación que rara vez
se da en el fútbol, poniéndose Biraghi (lateral del Granada) de portero y con
Rubén Castro transformando el libre directo concedido por el árbitro con un
buen gol que festejaba todo el estadio y daba fin a un partido bastante duro y
difícil pero que acerca la permanencia al equipo verdiblanco y hunde un poco
más a un Granada que llegaba de ganar dos partidos seguidos.
Admirable el trabajo de los jugadores hoy y también de
Merino que supo gestionar un partido que se puso muy cuesta arriba y que
prácticamente se daba por empatado. Un partido en el que nadie dio un paso atrás
ni se dio por vencido y que se supo gestionar de manera excelente y como
consecuencia nos llevamos tres puntos valiosísimos que nos alejan del descenso
y que ponen la permanencia cada vez más cerca.
¡Grande Betis, grande Merino y grandes los jugadores! ¡Vamos
Betis!
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