Si hay que hablar del evento acontecido el Domingo, hay que
hablar de Dean Ambrose, protagonista absoluto del mismo y nuevo campeón de la
WWE con total merecimiento. Pero no adelantemos acontecimientos y hablemos poco
a poco sobre todo lo sucedido en un PPV que se dividió entre relleno y buenos
combates.
En líneas generales fue un evento aceptable tirando a bueno,
con algunos aciertos de pleno, algunas decisiones que no entendí, algunas
sorpresas y sobretodo, algunos errores, como siempre suele suceder en el
universo de la WWE. A continuación, comentaré la situación combate a combate.
El opener, fue la
lucha por los cinturones de parejas donde Enzo Amore y Big Cass se
encargaron de abrir el evento haciendo una promo que más tarde fue contestada
por New Day para dar paso al combate. Un combate que tuvo mucha acción, algún
que otro fallo y al que le faltó algún spot típico de los que suelen haber en
este tipo de luchas en el que se ven a tantos luchadores implicados. Creo que
el papel de cada equipo quedó claro, con Enzo y Big Cass – el cual tuvo un protagonismo
algo excesivo– quedando bien parados sin
ser derrotados por los ganadores de la lucha, con The Vaudevillains confirmando
que son carne de jobbeo al ser los claros perdedores en el encuentro, con The
Club sin imponer su condición de gigantes dominantes en la lucha y con los campeones demostrando el por qué
siguen siendo ellos los que portan los cinturones, pues supieron aprovechar el
revuelo habido en el ring para aplicar el Big Ending sobre Anderson y hacer el
conteo de tres sobre Aiden English y retener los campeonatos de pareja. Una
decisión que la verdad no sólo me pilló por sorpresa sino que no la entendí,
pues es patente que la división de parejas necesita un cambio, ya que los campeones
empiezan a aburrir a la mayoría del público.
Y tras una pequeña promo de algunos de los participantes del
Money in the bank, se pasó al combate
entre Baron Corbin y Dolph Ziggler que la verdad me sorprendió muy
gratamente. A pesar de ser una lucha que hemos visto en repetidas ocasiones, a
mí me pareció entretenida, mejorando conforme pasaban los segundos y dejando
compases del combate muy interesantes. Aunque cualquiera se pudo llevar la
victoria, un imponenente End of Days
terminó con Ziggler y dio a Baron Corbin un nuevo triunfo. Triunfo que
parece dar fin a esta rivalidad después de varios meses y que es de agradecer.
Cambiamos de rumbo y nos fuimos a la lucha de mujeres, con Charlotte y Dana Brooke enfrentando a
Natalya y Becky Lynch en un combate corto y decepcionante, pues esperaba
algo más de acción en la división femenina. De las cuatro, la que me pareció
que lució mejor fue Charlotte, que junto a Dana dominaron prácticamente todo el
combate y que con la ayuda de su compañera de equipo y gracias a su Natural Selection consiguió planchar nuevamente a Natalya
para llevarse el combate. Tras el término del combate, la campeona y Dana
se marcharon celebrando y Becky intenta consolar a Natalya en el ring, la cual
sorprendentemente ataca a la pelirroja en lo que parece ser un nuevo turn heel.
Volvemos a la acción
masculina con la disputa entre Apollo Crews y Sheamus en un combate que me
pareció correcto, sin más. Muy físico y con Sheamus ligeramente superior, todo
iba encaminado para una victoria del irlandés que aplicó un White Noise desde
la segunda cuerda para intentar conseguir el triunfo, el cual se le resistió,
pues Apollo aguantó el conteo, algo que hizo protestar al irlandés al árbitro y
le llevó a la derrota, pues Crews le
hizo un roll up que le dio el sorprendente triunfo en su primera lucha en PPV.
Y tras varios combates sin relativa importancia, pasamos a uno de los platos fuertes de la
noche, el combate entre John Cena y AJ Styles. Un combate que tuvo un poco
de todo, buenas maniobras por parte de ambos, dramatismo muy bien conseguido
mediante pausas, buenas actuaciones de ambos luchadores, gustándome
especialmente AJ Styles al cual se le vio muy cómodo en su nuevo papel de heel
y que a mi parecer dio uno de sus mejores combates desde que llegó a la WWE. El
único pero, que siempre hay un pero, fue el final, un final tan típico como
estúpido, pues es algo que se ha visto en otras rivalidades recientes de John
Cena. Y es que, AJ había firmado un contrato en el que sus socios de The Club
no podrían poner un pie en el ring. Pero después
de que el árbitro fuese noqueado accidentalmente, estos hicieron acto de
presencia, aplicando el Magic Killer sobre John Cena y dándole el triunfo a su
amigo y líder, algo que no me gustó en absoluto, pues me da la impresión de
que AJ no tiene la suficiente credibilidad, status o grandeza como para
derrotar solo o por méritos propios a John Cena, algo que pocos han conseguido
realmente. Si de verdad, esto es una nueva era, deberían de dejar de proteger
tanto a su estrella y debería de tener alguna derrota limpia, pues eso sí sería
una sorpresa. De todas formas, ya sabemos todos que esta rivalidad no termina
aquí.
No dejamos de pisar fuerte, pues pasamos a la lucha de
escaleras donde estaba en juego el maletín dorado que daba una oportunidad al
cinturón de la WWE donde y cuando quisiera el ganador. Un ganador que saldría de entre Alberto del Rio, Kevin Owens, Chris
Jericho, Dean Ambrose, Cesaro y Sami Zayn. Y la verdad me pareció un money
in the bank diferente, no malo, pero sí distinto a otros, pues hubo más
wrestling, menos spot – eché de menos alguno espectacular – y donde hubo gran
emoción, pues prácticamente todos tuvieron algún momento en el que pudieron
alzarse con el maletín. Hablando de actuaciones individuales, me gustaron
especialmente Kevin Owens y Alberto del Rio, estando ambos muy activos y
dominantes sobre la lucha, al igual que esperaba algo más de Sami Zayn en su
primera participación en un combate de este tipo. Finalmente el triunfo cayó del lado de Dean Ambrose,
que conseguía descolgar el maletín ante la locura del público general, algo
que se veía venir y que me agradó bastante, pues era de mis dos favoritos al
triunfo y creo que se lo merecía sobradamente.
Después de este gran momento y como antesala del evento
principal, tuvimos la defensa del
cinturón de Estados Unidos con Rusev enfrentando a Titus O’Neil en un
combate que empezó con gran intensidad y que fue yendo a menos poco a poco, con
un dominio alterno pero que finalmente fue Rusev
quien consiguió imponerse a Titus al hacerle rendir con el Accolade. Tras
la lucha, Rusev se baja a ringside y se para enfrente de los hijos de Titus a
los cuales dice que su padre es un perdedor.
Y tras mucho esperar pasamos al combate. Lucha por el cinturón de la WWE con Seth
Rollins y
Roman Reigns en un mismo ring y con ambos brindando un combate
que vendieron muy bien, de gran intensidad, con mucho ritmo y con ambos dejando
lo mejor de sí, dominando de forma alterna y haciendo que conforme pasasen los
minutos, la acción se viese más y más interesante y emocionante, pues
cualquiera de los dos se podía imponer a su rival en cualquier momento. De
hecho, todo parecía encaminado para un nuevo triunfo de Roman Reigns y Seth
Rollins lo evitó, convirtiendo de forma magistral un Spear del hasta entonces
campeón para invertirlo en un Pedigree del cual Roman se zafó del conteo. Un nuevo Pedigree por parte de Rollins
terminaba con la lucha y con el reinado de Roman Reigns, haciendo que el menudo
luchador se proclamase por segunda vez en campeón de la WWE.
Pero la noche no
terminó ahí, pues rápidamente Dean Ambrose cumplió su amenaza e hizo acto de
presencia atacando al nuevo campeón por la espalda con su maletín, y
canjeándolo esta misma noche. Un combate que fue brevísimo pues con un Dirty
Deeds, Ambrose conseguía derrotar a Seth Rollins para coronarse como campeón de
la WWE por primera vez ante la locura del público. Con Dean Ambrose
celebrando, se cierra el evento.
Después de un evento algo alocado, con Ambrose cumpliendo su amenaza de canjear en la misma noche en la que ganó el maletín, y con la sombra de la triple amenaza entre los antiguos miembros del Escudo, arranca el Road to SummerSlam de la WWE, cuya próxima parada será Battleground.
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