Partido muy bonito el que se presentaba en Balaidos,
ensuciado por los ultras de las dos aficiones que en la previa del partido
salieron de pelea, algo que me parece lamentable que siga sucediendo en pleno
siglo XXI. Pero dejando de lado estos lamentables hechos, vuelvo a lo que
decía, el juego atractivo del Celta era el principal escollo de un Betis que
sacaba un once inicial muy jugón y con un único cambio con respecto al de la
semana anterior.
El cambio era de un solo jugador y de esquema. Petros entró
al campo por Jorge Molina y volvía el 4-5-1 al equipo con Ceballos como
mediapunta adelantando su posición con respecto a partidos anteriores, algo que
considero un acierto.
El partido comenzó con dominio celtiña, teniendo el equipo
celeste mayor posesión y mejores ocasiones. Ocasiones que fueron repelidas por
Adán que hizo varias paradas de mérito para mantener la portería a cero. El Celta
estaba muy bien posicionado y el Betis se defendía de la mejor manera que podía,
con mucho oficio.
El único jugador que creaba peligro por parte del conjunto
verdiblanco era el de siempre, un Musonda que recibía la mayoría de las faltas
cometidas por el conjunto gallego. De hecho en el minuto 22 le hacían una falta
que fue la que precedió al primer gol del partido. Un gol que llegó tras un
buen pase de Ceballos que aprovechaba Montoya para asistir de forma genial a N’Diaye
que ponía el 0 a 1 en el marcador y que sorprendía a todo el mundo con este
primer tanto. El Betis casi sin merecerlo ni buscarlo se ponía por delante en
el marcador y tras esto comenzaba un nuevo partido.
Tras el gol de N’Diaye, el Betis mostró su mejor cara y
jugaba poniendo un dominio alterno en el encuentro y creando peligro a través de
los pies de Musonda especialmente. El equipo bético volvía a tener una ocasión
clara de gol con Joaquín mandando un balón al palo que Castro en fuera de juego
volvía a mandar al palo.
Desde entonces y hasta los últimos compases de la primera
parte, fue el Celta el que se mostraba más incisivo y más dispuesto a buscar un
nuevo gol. Se podría decir que el resumen de la primera parte es que el Betis
salió algo dormido pero tras meter el primer gol se posicionó mejor sobre el
terreno de juego y mostró buen juego teniendo algunas buenas ocasiones para
aumentar la distancia en el marcador. El Celta tuvo más ocasiones y muy claras
pero un genial Adán evitó que el equipo vigués metiese algún gol. También fue
destacado que el Celta sufrió dos lesiones y tuvo que hacer dos cambios
obligados antes del descanso.
Tras el descanso, el equipo bético salió muy activo y en dos
contras, Rubén Castro tuvo dos grandes ocasiones para poner el 0 a 2 en el
marcador pero no fue posible. El Celta salía a por todas y encerraba al Betis
en su campo, atacando especialmente por la banda de Molinero. El Betis esperaba
paciente a una contra y hasta el minuto 65 el equipo jugó. A partir de ahí el
partido se acabó para el equipo bético y no por los arbitrajes o por recibir
goles en contra, sino porque Merino se cargó el encuentro con sus cambios. En
dicho minuto hacía el primer cambio que personalmente me sorprendió bastante. Cejudo
entraba al campo por Dani Ceballos que mostró hoy su mejor cara jugando por
detrás de Castro y más adelantado que N’Diaye y Petros.
Después de este cambio, la ocasión más clara del Betis la
tuvo Joaquín que pudo haber metido un gol olímpico, gol que crea dudas puesto
que no queda muy claro si la pelota entró del todo dentro de la portería. A partir
de esa jugada el partido se frenó debido a las faltas y las interrupciones que
estas conllevaban y fue en el minuto 75 cuando Merino terminaba por coronarse
cuando introdujo en el campo a Xavi Torres quitando a un Joaquín que se dejó el
alma en el terreno de juego.
Con este cambio, el Betis pasaba a ser un equipo amarrategui
y el Celta se aprovechó de ello, primero metiendo un gol anulado por fuera de
juego a Guidetti y dos minutos después con un gol válido de Pablo Hernández
quien ponía las tablas en el marcador en una jugada en la que batía a un Adán
que pudo hacer más.
Fue meter el gol y el Celta se vino arriba y buscaba el
segundo con mucho interés y aunque el Betis estaba encerrado y acorralado por
el equipo celtiña, Castro todavía tendría una ocasión más que fue sacada bajo
palos por un defensor del equipo celeste.
Finalmente, Portillo ya en el descuento entraba en
sustitución de Musonda y en la última jugada el Betis volvía a desaprovechar
una falta que ni siquiera se lanzó con el objetivo real de ganar el partido,
una pena.
En líneas generales, el equipo se podría decir que mientras
estuvieron los que tenían que estar, jugó bien, le plantó la cara al quinto
clasificado de la liga y le estuvo ganando en buena parte del partido.
Pero Merino hizo una de sus merinadas, algo que ya se está
haciendo habitual y se cargaba el partido al intentar amarrar el triunfo,
dejándose dos puntos por el camino y ganando muchas críticas por parte de la
afición.
Como decía en Twitter, Merino sentirá los colores más que
nadie, pero con sus actuaciones en los últimos partidos se está ganando a pulso
el no seguir en el equipo la próxima temporada, además de demostrar que no es
entrenador para un equipo de primera división como el Betis.
Lo único positivo de todo esto es que al menos hemos sacado
un punto más que acerca mucho más la permanencia y que dentro de lo que cabe
podía haber sido peor, pues el partido por momentos lo vi perdido.
Por cierto, comentar que la anécdota del partido fue que
Bruno jugó bastante tiempo con la camiseta de Portillo ya que al haber sangre
en la suya se la tuvo que cambiar. A modo de guasa ha sido un punto divertido
para el partido, pero me parece un poco penoso que no haya una camiseta de
repuesto o que al menos no se la diesen al jugador canario. ¡Ánimo Betis que ya queda poco y la permanencia está ahí!
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