Derbi sevillano y el último gran partido el que esperaba al
Betis en esta tarde dominguera. Con la permanencia prácticamente en el
bolsillo, el equipo verdiblanco llegaba con la ilusión de intentar dar la
sorpresa en el Pizjuán ante el eterno rival.
Para ello, Merino hacía varios cambios en el once, con
Westermann entrando en el puesto de central, pasando Bruno a jugar en el
lateral derecho por Molinero, también volvía Montoya a jugar en el lateral
izquierdo supliendo a Varela. En el centro del campo el único cambio fue la
incursión de Musonda en el once por Kadir después de haber superado las
molestias que arrastraba.
El partido comenzaba con dominio alterno, donde ninguno de
los dos equipos se imponía con claridad sobre el otro. El Betis salía más
activo que de costumbre e intentaba crear juego ante un Sevilla contemplativo y
muy ordenado que buscaba salir a la contra. En el minuto 13 llegó la primera
jugada polémica del partido con el posible penalti no pitado sobre Musonda que además
se llevó la amarilla por protestar. En mi opinión, pudo ser penalti ya que hay
contacto entre los jugadores, pero lógicamente y sabiendo del árbitro que
presidía el encuentro no iba a pitarlo. Seguía el Betis siendo el equipo que
más jugaba en el partido y Rico estuvo a punto de crear problemas a su equipo
en una mala parada.
Tras este susto, el Sevilla se reponía poco a poco y
empezaba a crear las primeras ocasiones claras, con Mariano cabeceando un balón
al que faltó poco para entrar. Tan solo unos minutos después era Konoplyanka
quien ponía a prueba a Adán que respondía parando su disparo. Aunque el Sevilla
comenzaba a tomar posesión y terreno del campo bético, el equipo se mostraba muy
ordenado y serio en el partido.
Fue así como se llegó al último tramo de la primera parte,
con el Sevilla haciéndose valer ante un Betis que seguía aguantando la guerra
creada por el equipo sevillista. Y nos fuimos al descanso con un partido en el
que hubo pocas ocasiones claras y las que hubo llegaron por parte del cuadro
sevillista.
En la segunda parte la tónica del partido seguía igual, con
el Sevilla acechando peligrosamente la portería bética. No tardó mucho Merino
en cometer el primer error hacer el primer cambio al sustituir a Musonda
por Cejudo en una jugada con claro toque defensivo. Tras este primer cambio,
parecía que el Betis volvía a tener oportunidades y fue en esos compases del
partido cuando tuvo las más claras, que llegaron de parte de Cejudo y
Westermann pero sólo fue un espejismo, ya que el ataque del Betis y el control
del partido apenas le duraría unos minutos. El Sevilla volvía a tomar el
control y en el minuto 67 se adelantaba en el marcador con un gol de cabeza de
Gameiro que remataba a placer un centro de N’Zonzi.
El partido se le ponía muy de cara al equipo local y el
Betis se venía abajo. Tres minutos después del gol, Merino metía el segundo
cambio, retirando a Joaquín para dar entrada a Van Wolfswinkel que compartiría
zona de ataque junto a Rubén Castro. Un cambio que no hizo efecto y es que el
Sevilla tuvo varias ocasiones para aumentar la distancia en el marcador, ocasiones
que fueron salvadas por Pezzella y por Adán que no podía hacer nada en el
segundo gol del Sevilla que llegaba tras un gran disparo de Coke que metía un
auténtico golazo y finiquitaba el partido.
Tras el gol, Fabián entraba para intentar mejorar la imagen
de un Betis que se hundió en la segunda parte. El sustituido fue Petros. Apenas
quedaban 10 minutos de partido y fue Castro quien tuvo la mejor ocasión para
recortar distancias en el marcador. Un marcador que no se movería de aquí al
final del partido a pesar de las faltas lanzadas por un Betis que decepcionó en
esta segunda parte del derbi.
Una vez más, el Sevilla se imponía con cierta claridad a un
Betis que como ya decía, decepcionó en la segunda parte, especialmente cuando
recibió el primer gol. A pesar de ello, al menos tenemos salud y estamos
salvados, ya se intentará a la temporada que viene.
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