Por primera vez en la historia, tras una final de infarto y
de la mano de su máxima estrella, la franquicia asentada en Cleveland ha
conseguido el ansiado anillo que LeBron James pretendía llevar a casa.
Aunque era algo bastante difícil, los Cavaliers consiguieron
remontar una final que se les puso muy cuesta arriba con un 3 a 1 en contra y
que parecía perdida, pero finalmente consiguieron ganar los tres últimos
partidos de la final para conseguir parar a los Golden State Warriors.

He de reconocer que no soy fanático del equipo de Cleveland
y tampoco de LeBron pero he de decir que ha sido un triunfo totalmente justo y
merecido, pues ha habido mucho casual que ha querido ver a los Warriors ganando
el campeonato sólo por Curry por ejemplo o por ver perder a alguien como
LeBron.
Y por último, quería dejar una reflexión, ¿merece la pena ser el mejor de la historia
en regular season aunque esto signifique no ganar el anillo? Yo creo que
no, pues a la larga lo que cuentan son los títulos y aunque los Warriors ya han
ganado un anillo, no han conseguido hacer doblete y mucho menos llegarán al
nivel de los Bulls de Michael Jordan, al menos no por el momento.
Sinceramente,
prefiero que mi equipo pierda más partidos en la temporada regular y gane el
anillo a lo sucedido con los Warriors.
Así que felicitar desde aquí a los Cleveland Cavaliers y
todos sus aficionados por este primer y merecido anillo. Hasta aquí una
temporada más de NBA a la que echaremos de menos y esperamos que vuelva con más
fuerza que nunca la temporada que viene.