Horroroso, humillante, bochornoso, penoso, ridículo… hay
muchísimas palabras para definir el partido del Betis de hoy contra el eterno
rival y ninguna sería buena.
Un Sevilla sin apenas inmutarse, ha pasado por encima de un
Betis que sigue cuesta abajo y sin frenos y que comprensiblemente, el efecto Merino
no se ha notado en el partido disputado esta tarde-noche en el Sánchez Pizjuán.
Nada más empezar el partido, ni 5 minutos habían pasado
cuando Reyes metió el primer gol, en un regalo de Vargas y que con un poco de
suerte, adelantaba al Sevilla y daba por cerrada prácticamente la eliminatoria.
Después de esto, el Betis intentó crear algo de juego en
zona de nadie y el Sevilla sin ninguna complicación se mantenía por delante en
el marcador y es que el Betis apenas daba dos pases de forma correcta y el
Sevilla con meterse atrás se mantenía por delante en el partido.
No hacía mucho el Sevilla y en un córner, Rami ponía el
segundo gol tras un chut al que ni Adán ni Vargas conseguían llegar. Impresionante
el fallo defensivo del Betis en esta jugada, donde nadie absolutamente nadie
cubría al defensa francés. Con esto, el partido llegaba con una ventaja de dos
goles para el equipo local y con un Betis más hundido que de costumbre y sin
jugar a nada.
En el descanso, se introdujo el primer cambio, Dani Ceballos
abandonó el terreno de juego y entró en su lugar el canterano Fabián. El Betis
salió más activo, intentaba jugar e incluso obtuvo alguna ocasión de gol,
fallida, pero al menos creó alguna ocasión.
En el minuto 60, Kadir entraba al terreno de juego por
Digard y el partido seguía en la misma tesitura, el Betis jugaba en zona de
nadie, el Sevilla se mantenía cómodo sobre el verde, aunque ahora obtenía
alguna ocasión en la que pudo ampliar el marcador. El Sevilla también introdujo
sus cambios y al minuto de producirse el doble cambio que ejecutó Emery,
Gameiro recién entrado ponía el tercer gol en el marcador sin casi ninguna
oposición.
Entonces sí que se vio al Betis hundido, sin ideas, sin
juego, sin identidad, sin presión, sin físico y se produjo el último cambio por
parte del Betis, entró Jorge Molina por Rubén Castro. Cambio que de poco sirvió
y es que el Sevilla amplió una vez más el marcador y Kakuta que también fue uno
de los cambios puso el 4 a 0 final.
El partido terminó sin minutos añadidos, ya que no hacía
falta jugar más para demostrarse quién ha merecido pasar la eliminatoria, a
pesar de que de los 6 goles del marcador total, 3 al menos han sido por fallos
del equipo bético o regalos directamente ante un rival especial, el rival de la
ciudad, en el derbi.
Penosa la imagen del equipo hoy, aunque no culpo a Merino,
ya que con dos entrenamientos no se pueden hacer milagros, pero he de decir que
la situación se agrava un poco más y siga Merino o venga otro entrenador va a
tener mucho trabajo que hacer, tanto táctico y físico como psicológico.
Y también digo que en verano es necesaria una auténtica
revolución en la plantilla, ya que hay muchos, muchos jugadores que parecen no
saber en qué equipo juegan y la importancia y la masa social que tiene el
equipo verdiblanco.
Pero bueno, hay que seguir animando al equipo y a intentar
sacar algún punto contra el Villarreal. ¡Vamos Betis, hostia!
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