20 de mayo de 2016

Review: Modern Family 7x20.


Nueva entrega semanal de Modern Family que nos deja el antepenúltimo episodio de la séptima temporada el cual nos mostrará un prom con mucho movimiento y sorpresas.

ATENCIÓN, ESTA REVIEW PUEDE CONTENER SPOILERS.


El episodio empieza con Jay enseñándole algunas cosas de mayores a Joe algo que no le gusta a Manny. Entre medias llega Phil para ayudar a Gloria con su página web pero hay un imprevisto: la tía Alice le ha robado su receta a Gloria. Phil en vez de calmarla la anima a que se escandalice, pues Pharrell Williams le robó a él la canción de Happy. Ambos deciden ir al supermercado a hacer que la competencia de Gloria retire su producto.

Tras la intro, vemos a Luke con su tío Mitchell haciendo planes para el prom – una especie de baile de fin de curso – cuando Cam decide intervenir y ofrecer su ayuda. Los chicos no quieren ofenderle pero no necesitan a Cam algo que hace que el grandullón en su afán de protagonismo, se enfade.

Claire molesta a su hija Alex para comentarle una idea que ha tenido de cara a la convención de armarios más importante del país. Alex es sorprendida por un pretendiente que quiere que vaya con él a la prom. Mientras, Claire tiene sospechas de que alguien en la empresa está filtrando información al exterior por lo que decide hacer de detective para descubrir quién es el topo.

En el instituto, Cam sigue instigando a Mitchell y Luke para que le dejen participar en su pedida del prom pero finalmente parece que ayudará a Manny. Esto hace dudar a Luke sobre la capacidad de su tío y la suya propia para organizar una buena pedida a la chica que le gusta para el prom.

Phil y Gloria se encaran con la tía Alice a la que le piden que retire la salsa que le robó a Gloria. La anciana les engaña y dice que ella no es más que una empleada de la empresa, una gran empresa que roba a todo el mundo.

En casa de los Pritchett, Joe sigue aprendiendo con su padre al que pilla la mano con el capó del coche de forma accidental.

Cam ayuda a Manny con su prom pero todo se debe cancelar pues la chica a la que esperaba va a ir con otro. Manny habla con Cam y le dice que no tiene tanta importancia para él y Cam le relata su experiencia en su prom. Manny dice que hay otra chica y Cam se pone manos a la obra.

Cuando van a volver a casa, Gloria y Phil hablan sobre lo sucedido con la anciana de las salsas y Phil 
le comenta que se siente algo frustrado con su profesión pues a nadie le parece interesante lo que él hace. Es entonces cuando descubren que la tía Alice les ha mentido y viaja en un lujoso coche por lo que deciden perseguirla.

Claire sigue en modo detective y Alex se dispone a quitarse de encima a su pretendiente. Claire presiona a sus empleados con la seguridad de la empresa y es en el baño de hombres donde descubre al topo, Ben, un empleado que hace de espía para Jay, el padre de Claire y esta le dice a Ben que ahora será un agente doble para ayudarla a desmontar a su propio padre.

Cam sigue con su ayuda al prom de Manny pero la chica se les adelanta y Cam vuelve a perder la oportunidad de organizar una pedida de prom.

Al llegar a la mansión de tía Alice, una sofocada Gloria y Phil descubren toda la verdad: la anciana les ha mentido y esta les dice que aun así no tienen nada que hacer contra ella, pues ha patentado la salsa de Gloria. Phil toma el mando de la situación y con las irregularidades que tiene Alice en la casa, pone a la anciana contra las cuerdas y le dice que o retira la salsa o dará orden al ayuntamiento para que inspeccionen la mansión en la que vive la tía Alice.

Cam se encuentra en el gimnasio cuando es sorprendido por Mitchell que le pide ir al prom con él como voluntario, algo que le emociona profundamente. Mientras, Luke hace su petición de prom a la chica que le gusta la cual también acepta.

Claire cena con su padre y el espía de Jay le informa sobre la marcha de varias malas noticias relacionadas con la empresa las cuales le enfadan conforme adquieren mayor importancia hasta que explota contra su hija confesándole que tenía un espía para controlarla. Claire le revela sus verdaderas intenciones y ambos discuten sobre la capacidad de Claire al mando de la empresa. 
Ambos se pican y tras una breve discusión, deciden admitir la verdad: Jay quiere volver al trabajo y Claire quiere ayuda de su padre por lo que deciden llegar a un acuerdo para colaborar juntos.

Para cerrar el capítulo, vemos a Cam y Mitch en el prom, a Luke con su chica y a Alex que finalmente accedió a acompañar a su pretendiente. En los extras vemos a Jay enseñando a boxear al pequeño Joe.

En líneas generales y aunque las tramas no han tenido momentos demasiado cómicos me ha parecido un buen episodio, la verdad. Me gustó especialmente el guiño de Phil a Pharrel Williams que le robó su canción de Happy y las breves escenas de Jay enseñando a Joe “a ser un hombre”.

Luego hablando de las grandes tramas en sí la que ha implicado a Luke, Cam y Mitch me ha parecido algo predecible pero fácil de llevar, pues con la reiterada mención de Cam hacia su prom frustrado estaba claro que Mitchell no se iba a quedar de brazos cruzados e iba a mostrar su lado más romántico para contentar a su chico y de paso ayudar a su sobrino. Cam quería ser protagonista – como siempre – y una vez más, lo ha sido.

También era algo predecible la de Gloria, Phil y la tía Alice, con un Phil muy frustrado con su trabajo que finalmente hace de héroe de una Gloria muy desquiciada porque una anciana le robó su famosa salsa. Eso hace que Phil el que ha estado muy bajo anímicamente esta temporada, se vuelva a venir arriba y a sentirse útil.

Por último, la que más me ha enganchado ha sido la de Claire haciendo de mala malísima – un papel que le viene como anillo al dedo – siendo una detective y pillando a su padre con las manos en la masa, un Jay que no se ha adaptado a su jubilación y que necesita imperiosamente volver a trabajar. Claire y Jay tienen un perfil similar en cuanto a carácter y finalmente ambos ceden para hacer llevar de la mejor manera posible el mando de la empresa de armarios.

Esto fue todo en un capítulo con el que ya sí que encaramos la recta final de la séptima temporada de la ficción estadounidense.

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